Hace unas semanas les compartí por medio de Instagram stories la historia de un edificio que me gusta mucho por la zona Centro de la CDMX, y del cual estuve siguiendo su remodelación para, más o menos, saber cuando era probable que los pusieran en renta.
Así fue como encontré que uno de ellos, de 31m² cuadrados, se rentaba por $15,200 pesos, ¡una locura!
Muchas de ustedes me escribieron diciendo «Nunca me voy a salir de casa de mis papás» al ver el precio tan elevado. Hoy quiero hablarles francamente de eso. Sí, la vida independiente es cara, sí es un privilegio y sí, lograrlo puede no ser sencillo. Pero, sobre todo, quiero contarles cómo es que, por muy difícil que parece, es posible independizarse y dejar la casa de tus papás. Te dejo aquí algunos datos, recomendaciones y más, que van a servirte mucho.
Entendamos qué está pasando
En los últimos años, la CDMX ha visto cómo las rentas han subido de forma increíble. Esto se debe a temas como la gentrificación en zonas céntricas, el crecimiento de plataformas como Airbnb y la alta demanda de espacios para vivir. Por supuesto, la suma de todo esto ha minimizado la posibilidad de encontrar opciones accesibles para independizarse.
Además, según datos del INEGI, los precios de la vivienda han aumentado un 27% en promedio en los últimos cinco años. Esto se debe en parte a la inflación, que ha impactado no solo el precio de las rentas, sino también los costos de servicios básicos como electricidad, agua y alimentos.
Y, claro,esto también ha generado mucha frustración entre quienes llevan un rato pensando en independizarse…
¡Quiero independizarme!
Entiendo perfectamente lo que sientes. Ver esos números tan grandes por un espacio tan pequeño, te hace preguntarte: «¿Realmente vale la pena salirme de casa de mis papás?». Y es que, seamos honestas, a todas nos ha pasado por la cabeza esa sensación de estar atascadas, de pensar que la independencia es más un sueño lejano que una realidad posible. Pero, aquí entre nos, te juro que sí se puede. No es sencillo, claro que no, pero tampoco es imposible.
Primero, respiremos hondo. El precio asusta, sí, pero no es el único camino hacia la independencia.
Vayamos paso a paso para ir aclarando el camino:
Presupuesto para independizarte
Sé realista con lo que puedes gastar. No es solo la renta; considera tus gastos diarios, ahorros, y por supuesto, esos pequeños placeres que nos hacen la vida más divertida. La clave está en encontrar el equilibrio.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el costo de vida varía enormemente dependiendo de la ciudad, pero en promedio, un adulto joven debería aspirar a destinar no más del 30% de sus ingresos a la renta para mantener una salud financiera óptima.
Acá puedes leer más sobre presupuestos para mujeres independientes.
¿Qué hacer si quiero independizarme?
- Investiga y compara: No te quedes con la primera opción que veas. Usa plataformas en línea para comparar precios en diferentes zonas. A veces, moverte un poco más lejos del centro o de las áreas de moda puede significar un ahorro considerable. Aquí unas recomendaciones sobre cómo y dónde buscar.
- Considera la movilidad: Si optas por vivir en una zona más económica, considera los costos y opciones de transporte público o la factibilidad de compartir coche para llegar a tu trabajo. A veces, lo que ahorras en renta puede compensar los gastos en transporte.
- Negociación: Con estos datos en mano, estás en una mejor posición para negociar tu renta. Si conoces los precios promedio de la zona, puedes argumentar tu oferta con base en datos reales. No temas preguntar si es posible ajustar el precio, especialmente si te comprometes a un contrato de mayor duración.
- Rommies: Esta opción es aún más importante cuando consideramos los altos costos en ciertas zonas. Compartir departamento no solo te permite acceder a áreas más céntricas o cotizadas, sino también dividir gastos de servicios, lo cual puede hacer una gran diferencia a fin de mes.
- Prioriza tus necesidades: Finalmente, analiza lo que es verdaderamente fundamental para ti. ¿Ubicación? ¿Tamaño? ¿Comodidades? Piensa en lo que es necesitas y lo que puedes dejar pasar. Podrías encontrar opciones más accesibles si estás dispuesta a ser flexible. Eso sí, siempre y cuando no signifique ponerte en riesgo.
- Aprovecha los recursos a tu alcance. Existen numerosas aplicaciones y sitios web dedicados a encontrar viviendas compartidas, departamentos económicos, y hasta opciones de rentar muebles si no puedes comprar por ahora. El punto es no cerrarte a una sola opción. ¡Hay muchísimas!
Regla 50-30-20
Ya anteriormente les había contado de esta regla, es la más básica pero la más necesaria. Si aprendes a llevarla al pie de la letra, te prometo que tendrás claridad de tus posibilidades y, por lo tanto, podrás comenzar a considerar la posibilidad de irte a vivir sola
En resumen, se trata de dividir tus ingresos mensuales en 50%, 30% y 20%. El primero va ir a todo aquello es necesario para vivir; o sea, comida, renta, transporte, etc. El 30% es para gastos del día a día, salidas con las amigas a restaurantes y demás actividades de ocio. El 20% va a ahorro y/o inversiones.
Pero acá pueden leer a detalle: Regla 50-30-20
Revisa tus suscripciones
¿Realmente necesitas todas las plataformas de streaming o apps que tienes? Muchas veces, pagamos por servicios que apenas usamos. Revisa cuáles son las que realmente aprovechas y cancela las demás. Puedes incluso rotar suscripciones mensuales según lo que quieras ver, evitando pagar varias a la vez.
Ahorra en el super
Comprar alimentos en porciones más grandes o en mercados locales puede ahorrarte una buena cantidad. También, planifica tus comidas con anticipación; esto no solo reduce el gasto en comida rápida, sino que evita que compres cosas que no necesitas. Checa aquí como cocinar paa uno y no desperdiciar.
Otro consejo útil es aprovechar las ofertas. Haz una lista de lo que necesitas y trata de comprar productos en promoción. Las compras semanales, en lugar de diarias, también ayudan a reducir gastos, ya que evitas compras impulsivas. Además, considera preparar comida en casa y llevar tus propios snacks o café; aunque parezca poco, esos pequeños gastos diarios suman bastante al final del mes.
Finalmente, revisa tus facturas de servicios como luz, gas o internet. A veces hay planes más económicos o promociones que te pueden hacer ahorrar sin reducir la calidad del servicio. ¡Cada peso suma!
Comienza a independizarte… aún viviendo con tus papás
Vivir en casa de tus padres es la oportunidad perfecta para prepararte para ese «gran momento» de independencia. Aquí te dejo algunos consejos para aprovechar al máximo este tiempo, asegurándote de que cuando decidas dar el paso, estés más que lista:
- Contribuye en casa: Antes de mudarte, empieza a cubrir algunos gastos en casa de tus papás. Ya sea pagar parte del súper o los servicios, te dará una idea real de lo que cuesta vivir sola y te ayudará a manejar mejor tu dinero.
- Liquida tus deudas: Si puedes, salda cualquier deuda antes de independizarte. Así podrás empezar esta nueva etapa sin la presión de pagos pendientes, lo que te permitirá organizar mejor tu presupuesto.
- Organiza tus finanzas: Haz un ejercicio de apartar el 30% de tu ingreso mensual para simular lo que gastarías en renta. Esto te ayudará a ver si tu plan de independencia es realista o si necesitas ajustar tu estrategia.
- Ahorra: Cada peso cuenta. Abre una cuenta exclusiva para tu independencia y deposita regularmente. Ver cómo crece tu ahorro no solo te dará más confianza, sino también más opciones cuando llegue el momento de mudarte.
- Adquiere muebles gradualmente: No intentes comprar todo de golpe. Empieza poco a poco con muebles y electrodomésticos básicos. Si no tienes dónde guardarlos, ahorra hasta que sea el momento de comprarlos y usarlos.
- Comparte tus planes: Habla con tu familia sobre tus planes de mudarte. Su apoyo emocional (y a veces financiero) puede ser clave en este proceso. Además, compartir tus avances hará que te sientas menos abrumada.
- Investiga el mercado inmobiliario: Tómate el tiempo de buscar opciones y comparar costos en las zonas que te interesan. Estar bien informada te permitirá tomar mejores decisiones cuando encuentres un lugar que se ajuste a tus necesidades.
- Haz una limpieza: Aprovecha el tiempo que aún vives con tus papás para deshacerte de cosas que ya no usas. Organiza una venta de garage o vende en línea. No solo ganarás dinero, sino que tendrás menos cosas que mover cuando te independices.
Aprovecha el apoyo y la comodidad del hogar familiar para establecer una base sólida para tu independencia. Este tiempo es invaluable para aprender, ahorrar y planificar tu futuro.
Entre la incertidumbre y el empoderamiento
Lidiar con la frustración de no alcanzar nuestras metas tal como lo planeamos es algo que todas enfrentamos en algún momento. Cuando estás a punto de independizarte, la incertidumbre y los miedos pueden hacerte dudar de si estás lista. Pero, primero, reconoce esos sentimientos. No lo veas como un fracaso, sino como una señal de que te importa profundamente lograr tu objetivo. Acepta que el camino no siempre será perfecto y que está bien ajustar tus expectativas en el proceso.
Divide tus grandes metas en pequeños pasos. Tal vez no puedas mudarte ya, pero puedes comenzar a ahorrar, investigar opciones o planear tu futuro espacio. Cada pequeño avance es una victoria, y celebrar esos logros te ayudará a mantener la motivación. La independencia no es una carrera, es un viaje personal, y aunque a veces pueda parecer que todo se pone cuesta arriba, ser flexible y resiliente te permitirá adaptarte a los imprevistos y aprender en el camino.
Recuerda que, aunque el camino esté lleno de desafíos, también está lleno de momentos de empoderamiento. Cada vez que atravieses un dilema, estarás más cerca de tu objetivo. Sí, las frustraciones llegarán, pero mantener una actitud positiva, recuerda que la independencia es posible, y cada paso que das hacia ella te acerca más a una vida construida por ti y para ti.
La paciencia es clave. No olvides que este es tu viaje, y aunque no siempre siga el plan original, todo esfuerzo te llevará a un lugar donde te sentirás más fuerte y realizada.
¿Estás lista para dar ese paso? ¡Sí se puede!
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