Casi siempre que escuchamos la palabra estrés la asociamos con algo negativo y, pues sí, a nadie le gusta sentir estrés, pero, ¿sabías que existe un tipo de estrés positivo? ¡Te prometo que sí, sigue leyendo!
Eustrés o estrés positivo
El eurestrés es un tipo de estrés considerado estrés positivo. Se trata de una sensación que es adaptativa, es decir, ante un reto, la persona se esfuerza por afrontarlo. Por lo tanto, el organismo se adapta y experimenta emociones agradables ante este proceso, como motivación, confianza, entusiasmo o empoderamiento.
Se dice que el estrés positivo incrementa la vitalidad, la salud y la energía. Razón por la que existen personas muy activas que continuamente están inmersas en nuevos proyectos y disfrutan de experiencias nuevas; incluso el eustrés está vinculado con la creatividad, la imaginación y el talento.
Es más, tener un trabajo que disfrutes te hace enfrentarte más frecuentemente con el estrés positivo que con el negativo debido a la motivación.
Básicamente, es esa ansiedad (mínima) que necesitamos para afrontar los retos de la vida.
¿Y qué es el distrés?
Sí, como te imaginarás, es lo contrario: el estrés negativo. Ese que aparece cuando tenemos poca tolerancia al estrés positivo y sentimos que la situación a enfrentar o resolver nos rebasa. La satisfacción por el reto se convierte en angustia y en incapacidad de resolver lo que se nos exige. Por lo regular te puede hacer sentir de malhumor o muy cansada.
¿Cómo detectar el tipo de estrés?
Ok, ahora que entendimos estas categorías, hablemos de lo importante: ¿cómo saber que mi estrés es eustrés?
Esto es bien facilísimo. Para saber que tu estrés es positivo, basta con visualizarlo qué te está generando esta sensación y, si al final te percatas de que las tareas o situaciones, serán favorables para tus intereses, entonces es negativo.
Ejemplo de eustrés (estrés positivo): tienes que terminar tu tesis para finalmente obtener tu título.
Ejemplo de distrés (estrés negativo): hay una reunión en tu trabajo por recorte de personal.
Más o menos así va, uno te puede llenar de motivación, mientras otro de puritita angustia. Sí está fácil, ¿no?
Cómo aprovechar el estrés positivo
Tal como Blanca Mery Sánchez, neurocientífica y coach, en su curso Mindfulness para ser más efectivo dice: “el estrés no es un enemigo, es un medio de adaptación a situaciones nuevas”.
Sí, ya sé, una de las tareas más complicadas es dominar el estrés, evitar que te paralice o te mantenga en un estado de alerta; sin embargo, sí es posible aprender a ampliar la tolerancia y disfrutar de las situaciones que te pueden llenar de motivación.
Ahora, el primer paso es: dale espacio a tu mente para que responda.
¿Cómo? Ahí te va.
Primero recuerda que el estrés no es más que una emoción mental y/o física, y, como otros, va a pasar. Detecta la fuente del mismo y colócala en su categoría, ¿es positivo, es negativo? Una vez que obtengas esta respuesta, toma conciencia de la situación.
- Reduce tus obligaciones
- Pon en orden tus tares y coloca su prioridad
- Elige cómo ir terminando con cada una de las situaciones o tareas
- No alargues la solución ni evites enfrentarla
- No te presiones, tómate un tiempo para despejar la mente
- Descansa. Toma una siesta si la necestas
Y como recomendaciones generales ante cualquier tipo de estrés:
Apégate al mindfulness. Puedes utilizar acciones simples, desde concentrarte en tu respiración, sentir la temperatura de tus manos y pies, detener tus actividades y estirarte, tomar una caminata al terminar el día, date un baño caliente, recuéstate y solo eso, aléjate del celular y tu computadora y enfócate en ti.
Si vas a comer, dedícate a poner atención a tus alimentos, a su textura, su saber, mastica con calma. Cuando sientas cualquier tipo de estrés, recuerda bajarle a la cafeína, alcohol, azúcar y el tabaco. Procura incrementar la ingesta de nutrientes que te relajen y sean antioxidantes, como los frutos secos, avena, salmón, cacao, semillas de girasol, chía, lentejas, vegetales, hortalizas, entre otros.
Hacer del estrés un estrés positivo, te permitirá detectar que emociones motivantes están detrás de él y, por lo mismo, te servirá de estímulo para concentrarte, lograr tus objetivos y trabajar en lo que te beneficia. No te asustes, no todo el estrés es malo, ni quiere hacerte daño, jeje.
Con info de Productosduche
Foto de Nathan Dumlao en Unsplash
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