Hoy quiero hablar de una cualidad que TODAS tenemos, pero muy pocas veces reconocemos: la resiliencia.
Suena a una palabra sofisticada, ¿no? Pero, en realidad, es algo que todas hemos experimentado en algún momento de nuestras vidas sin darnos cuenta.
He aprendido en mi propio camino que la resiliencia no es solo para las personas «fuertes» o «exitosas», sino para todas. No importa si a veces nos sentimos frágiles o vulnerables, porque en cada una de nosotras hay un poder oculto que se despierta cuando más lo necesitamos.
Qué es la resiliencia
La resiliencia es una cualidad psicológica que describe la capacidad de una persona para enfrentar, adaptarse y superar situaciones difíciles o adversas. Se refiere a la habilidad de recuperarse emocionalmente después de atravesar circunstancias estresantes, traumáticas o desafiantes.
Imagina que tienes un resorte interno que evita quedes tirada ante las dificultades. La resiliencia no significa que no sintamos dolor o que no nos afecten los problemas, sino que podemos enfrentarlos y encontrar formas saludables de afrontarlos.
Las personas resilientes pueden aprender de las experiencias negativas, adaptarse a los cambios, mantener una actitud positiva, establecer metas realistas y buscar apoyo cuando lo necesiten. Esta habilidad no es innata, sino que puede desarrollarse y fortalecerse a lo largo del tiempo.
La resiliencia es una herramienta poderosa que nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida, como:
- Problemas en el trabajo
- Pérdida de seres queridos
- Rupturas amorosas
- Problemas de salud
Básicamente; nos ayuda a mantenernos fuertes y flexibles frente a las tormentas, permitiéndonos crecer y salir fortalecidos de esas experiencias.
¿Qué NO es la resiliencia?
La resiliencia no es una muestra de «fortaleza» o «valentía» en el sentido de no experimentar emociones negativas
Tampoco significa que debemos enfrentar todo solas. A veces, el poder de la resiliencia se magnifica cuando nos apoyamos mutuamente. Hablar con amigas, familiares o profesionales puede marcar la diferencia y ayudarnos a ver la luz al final del túnel.
En resumen, la resiliencia es esa fuerza interna que nos permite sobrevivir, crecer y florecer en medio de las dificultades, transformando los momentos oscuros en oportunidades para aprender y mejorar como seres humanos.
¿Cuáles son las cualidades de una persona resiliente?
La resiliencia se demuestra a través de diferentes acciones, actitudes y comportamientos que muestran la capacidad de enfrentar y superar situaciones difíciles. Aquí hay algunas formas en las que se puede manifestar la resiliencia (para que veas que tú tienes esta cualidad), mismos que son los pilares de esta cualidad:
- Optimismo realista: Aunque pueden enfrentar momentos difíciles, las personas resilientes mantienen una actitud optimista y esperanzadora. Ven las dificultades como temporales y creen en su capacidad para superarlas.
- Adaptabilidad: Las personas resilientes tienen la capacidad de adaptarse a los cambios y a las circunstancias adversas. En lugar de quedarse atrapadas en la negatividad o resistirse al cambio, encuentran formas de ajustarse y seguir adelante.
- Afrontamiento positivo: En vez de evadir o negar los problemas, las personas resilientes enfrentan las dificultades de manera constructiva. Buscan soluciones, aprenden de la experiencia y toman medidas para resolver los desafíos.
- Apoyo social: La resiliencia se ve reforzada por el apoyo de familiares, amigos y comunidades. Las personas resilientes buscan y aceptan el apoyo emocional y práctico de otros, lo que les ayuda a sentirse más respaldadas en tiempos difíciles.
- Autoconfianza: La creencia en uno mismo y en la propia capacidad para afrontar las adversidades es un rasgo común de la resiliencia. Las personas resilientes confían en que, a pesar de las dificultades, tienen la fuerza y la habilidad para superarlas.
- Aceptación de las emociones: La resiliencia no implica evitar o negar las emociones negativas. Por el contrario, las personas resilientes reconocen y aceptan sus emociones, lo que les permite procesarlas y lidiar con ellas de manera saludable.
- Aprendizaje y crecimiento: Las experiencias difíciles pueden ser oportunidades para aprender y crecer. Las personas resilientes extraen lecciones de los desafíos y utilizan esas enseñanzas para mejorar y fortalecerse.
- Flexibilidad: La rigidez puede dificultar la resiliencia. Ser flexible y abrirse a nuevas formas de pensar y actuar ayuda a encontrar soluciones creativas ante los obstáculos.
- Persistencia: Las personas resilientes no se rinden fácilmente. A pesar de los fracasos y reveses, continúan esforzándose y buscando nuevas alternativas.
- Auto-cuidado: Cuidar de uno mismo física, emocional y mentalmente es fundamental para la resiliencia. Las personas resilientes comprenden la importancia del auto-cuidado y hacen esfuerzos para mantener su bienestar.
¿Cuáles son los tipos de resiliencia?
Resiliencia psicológica
Se relaciona con el ser capaz de superar traumas, manejar el estrés o crisis sin caer en depresiones o ansiedad.
Resiliencia emocional
Habla sobre la gestión eficaz de las emociones, como pueden ser el odio, la ira, la angustia, o la tristeza, sin permitir que estas te superen. Se trabaja mucho desde la niñez.
Resiliencia física
Es la capacidad de tu cuerpo para superar lesiones, enfermedades o accidentes que pueden requerir de procesos de recuperación.
Resiliencia comunitaria
Esta se refiere a la capacidad de un grupo, y sus habilidades, para poder adaptarse a una situación colectiva; por ejemplo, desastres naturales.
Todas somos resilientes
Quizá ya conocías esta palabra, pero no habías explorado del todo lo que abarcaba y, posiblemente, no te habías percatado de todas las veces que fuiste resiliente.
Yo, desde hace unos años, trato de ver en retrospectiva los años que he dejado atrás y a la versión anterior de mí que ya no existe. Porque sí, la resiliencia va de eso, de crecer, superar, mejorar, cambiar y ser más selectiva. No se trata de ponerse una coraza y volverse inmune o insensible para no tener que atravesar momentos dolorosos, no, se trata de enfrentarlos cada vez más sabiamente y suavemente.
En la vida no va a dejar de llover, no puedes ponerte mal cada que llueva; mejor, encuentra la manera de que esa lluvia te ayude a crecer, tal cual, como una plantita. Somos plantitas.
Reuerda: no hay un reto que no hayas superado, una ruptura amorosa que no te haya ayudado a ser mejor o un inconveniente que aprendiste a dejarlo pasar porque sabías que no había nada más por hacer…
No subestimes tu poder, confía en ti y en tu capacidad de sanar, no importa qué ta difícil sea el camino, siempre podrás atravesar las tormentas para llegar a ver el sol.
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